Mis
amados hijos, la oración abre en ustedes vuestros corazones a Dios. Cuando oran
sus vidas dan lugar al Espíritu Santo para que actúe y haga maravillas en Sus
hijos. Pero cuando no oran cierran sus corazones y sus voluntades humanas a la
acción de Dios.
Por
eso, hijitos Míos, les invito a orar con mucha fe. Abran el corazón a la
oración. No se cansen de orar. Porque el que ora cambia también en la medida
que ora. Porque en la oración se derrama mucha Gracia del Cielo para vuestra
conversión. Cuando oran desde el corazón experimentarán el gran Amor de Dios
por cada uno de ustedes.
Oren
sumergiéndose en el Amor de Jesús. Oren sintiendo al Amor Crucificado. Hijos
Míos, oren con amor. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.