Mis
queridos hijos, los miro a todos con Mi Corazón Inmaculado, les protejo con Mi
Manto Celestial. Todas sus oraciones, hechas desde el corazón, Yo las bendigo y
se las presento a Mi Amadísimo Hijo Jesucristo.
Por
eso, hijos Míos, les invito a orar con mucha fe, a orar desde el corazón, a
orar desde el amor. Que sea el Amor Santo y Divino del Espíritu Santo de Dios
que los mueva a la oración. No dejen de orar. Ofrezcan sus acciones y sus
obras, sus movimientos, los latidos de sus corazones, como una súplica
constante, como una plegaria permanente.
Hijos
Míos, el Señor siempre oye a sus hijos y me envía para orar con ellos, a orar
por ustedes. Hijos Míos, gracias por responder a Mi Llamado Materno: Oren desde
el corazón. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.