Queridos
hijos, desde el Santísimo Sacramento regalo muchas Gracias para los corazones.
Desde
el Santísimo Sacramento del Altar, Yo toco los corazones para convertirlos y
regresarlos al Camino del Amor y de la Santidad.
En
el Santísimo Sacramento del Altar está Mi Sagrado Corazón Eucarístico. Adórenme
con amor, con fervor; adórenme encendidos en el Fuego de la Santidad. Tiemblen
de un temor amoroso por estar delante de Dios. Hijos Míos, postrados ante Mi
Presencia, como Moisés se postró ante la Presencia de Mi Padre, ya no es la
zarza que ardía en el monte, ahora es el Corazón Eucarístico que se consume por
el Espíritu Santo.
Hijos
Míos, cuando están ante Mi Presencia deben tocar el suelo con vuestra pequeñez,
deben humillarse totalmente ante Mi Amor. Yo les pido a las almas que no se
resistan al Amor Eucarístico sino que sean niñas totalmente, niños que se
vienen a postrar ante su Padre, que se sientan a sus pies para escucharlo y se
recuestan sobre Su Corazón para perderse y abandonarse totalmente en Él.
Hijos
Míos, junto al Sacerdocio el Santísimo Sacramento es el Don más grande que les
he dado a las almas y a la Iglesia. Oren, hijos Míos, para que las almas de los
Apóstoles de los Últimos Tiempos permanezcan fieles a Mi Voz, a Mi Doctrina, a
Mi Presencia Eucarística.
Yo
les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.