Queridos
hijos, Yo San José, el Custodio de los Dos Corazones, vengo hoy a través de Mi
siervo. Es un deseo del Señor menguar al hombre para que crezca Él, Jesús,
verdadero Hijo de Dios, verdadero Hijo de María.
Queridos
hijos, el egoísmo del hombre que domina las mentes humanas se ha apoderado de
los gobernantes del mundo que pretenden esclavizar al pueblo de Dios. No
quieren un pueblo santo y libre como el Espíritu sino un pueblo esclavo, un
pueblo que no conozca nada de Dios. ¡Oren!¡Oren! Oren y prepárense porque la
mente del hombre está tramando un colapso económico para destruir el bienestar
y así obligar al pueblo a ser siervos del Dragón Infernal y no del Señor.
Oren mucho,
porque en muchos países se quiere seguir legalizando el aborto. El aborto lleva
muchas almas al Infierno. El aborto es la peor desgracia para un pueblo. ¡Oren!
Ofrezcan oraciones de reparación. Cubran al mundo con sus oraciones. Pidan
perdón por los que abortan. Pidan perdón en nombre de aquellos que han matado
inocentes y no han pedido perdón. Oren por ellos. Porque muchos están vivos y
pueden salvarse.
El mundo
camina de manera precipitada a las brasas del Infierno por no escuchar al
Señor, por no obedecer los preceptos y por ignorar las palabras que Él envía a
través de los profetas de este tiempo. Porque el Padre Celestial es un Dios de
sacerdotes, pero también es un Dios de profetas y Él va a seguir suscitando
profetas.
Ahora el
linaje de la Mujer Vestida del Sol está siendo reunido. Todos los que escuchan
la Voz del Señor son del linaje de la Mujer, la Madre María que reúne a su
ejército. ¡Oren!¡Prepárense! Vigilen en todo momento con oraciones, acción de
gracias, sacrificios. No se dejen alcanzar por la mano del Inicuo que consigue
llevar muchas almas a la muerte eterna por no amar al Señor. Oren por los
hombres de duro corazón. Oren para que todos los pueblos alcancen Paz, Verdad y
conozcan a Jesucristo, como único Señor, y no sigan ignorando las Palabras que
el Cielo le envía a Su pueblo a través de los profetas.
Les amo y
les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.