viernes, 24 de junio de 2016



Jesús:
¿Hijito?

El instrumento:
Mi Divino Jesús, he aquí al hijo de tu esclava.

Jesús:
Pequeño, hoy aprenderás sobre el Sacerdocio, un Ministerio-Sacramento. 
El Sacerdocio de la Nueva Alianza me ofrece como Sacrificio vivo en el Altar. Ya no es el sacrificio de la antigua alianza con el sacerdocio del antiguo pueblo, sino que el Sacerdocio de la Nueva Alianza, firmada y sellada con Mi Preciosa Sangre, es un Sacramento de Mi Amor para Mi Esposa, Mi Iglesia, Mi Pueblo. 

El Sacerdocio es el Sacramento del sacrificio y del servicio. Cada hombre que escuchó Mi llamado y respondió “fiat” a mi invitación, recibe Mi Santo Espíritu y con Él, la autoridad para actuar en Mi Nombre y servir a Mi Pueblo “in persona Christi”. 

Las manos ungidas de mis sacerdotes han sido consagradas para hacerme presente en el altar y ofrecerme al Eterno Abba por las almas. El sacerdote en el altar deja de ser para ser verdaderamente Yo actuando y entregándome en sacrificio a Mi Padre. 

Este hermoso Sacramento tan amado por Mí, es un Sacramento de servicio y de entrega; de cruz y oblación, de amor y reparación. Sacerdote y Eucaristía es la unión mística de cada alma sacerdotal porque sin sacerdote no habría Eucaristía y sin Eucaristía.. ¿de que se sustentaría Mi Iglesia? Hijo, este Sacramento nace de Mi Iglesia especialmente para la Eucaristía. 

Ora por los sacerdotes para que aprecien y valoren este Ministerio-Sacramento que comparto con ellos.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María purísima, sin pecado concebida.