viernes, 20 de mayo de 2016



‘Tu alma, Esposa del Cordero’


Jesús: Tu alma pequeña es Esposa del Crucificado.

El instrumento: Jesús eres eternamente el Amor de la Cruz, pero perdona mi ignorancia y dime Jesús que son las almas esposas.

Jesús: Hijito, desde el Bautismo, las almas son liberadas de la esclavitud del pecado, el alma es perdonada y consagrada a mi Sagrado Corazón. Esa alma bautizada no sólo es parte de la Iglesia, sino que se vuelve Iglesia. Entiende, hijo, que el alma es Iglesia, unida a Mi Cuerpo Místico. El alma al ser Iglesia se vuelve Mi Esposa, pues la Iglesia es Mi Esposa. Pero hoy, en vuestra actualidad, las almas han perdido la conciencia de Mis Esposas y la responsabilidad que conlleva el ser Mis Esposas. Cuando un alma comete un pecado es infiel a Mi y a la Alianza de Amor que Yo firmé con Mi Preciosa Sangre en la Cruz del Calvario. Hijo, cada Santa Comunión es una renovación de nuestra unión espiritual. Cuando me recibes en el Santísimo Sacramento del Altar ocurre una y otra vez un desposorio eterno, del alma y el Cordero de Dios.

El instrumento: Jesús que me pides para comprender en tu Divina Voluntad este Misterio de Amor.

Jesús: Mi Madre, Señora y Reina de las Bodas Mesiánicas, os ayuda a comprender este Misterio de Amor y Redención, pero como parte introductoria, y pedida por Mi Padre del Cielo, es necesario consagrarse primero a su Doloroso e Inmaculado Corazón. Desde su Corazón Purísimo de Hija, de Madre, y Esposa comprenderán y vivirán las delicias de la Santísima Trinidad. Mientras las almas y el mundo no se entreguen a su Purísimo Corazón no encontrarán la Verdad. No porque Yo no lo desee, sino porque su Corazón Inmaculado es el único que se ha abandonado plenamente y creído sin vacilar en Mi Divino Querer Trinitario de Amor y de Misericordia.

El instrumento: Jesús, entonces la Mama Celestial es la Puerta de Salvación para encontrarnos realmente Contigo.

Jesús: Si, Puerta de Salvación, es decir, que es Corredentora. Hasta que nuestra Santa Madre no sea reconocida como Mi Perfecta Colaboradora de Mi Plan de Salvación y Corredentora de las Almas y de la Iglesia, el mundo, la humanidad, no entenderán Mis Palabras y no acogerán Mis Pedidos.

El instrumento: Gracias Jesús, por ser mi Maestro; siempre me demuestras tu Amor, enseñándome la Verdad.

Jesús: Porque les amo, les enseño la Verdad. Hijito te amo y te bendigo. Consagra con Mi Preciosa Sangre tu alma pequeña, Mi Esposa. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Ave María Purísima, sin pecado concebida.