Queridos hijos, les invito a que se hagan como niños.
Cuando
Yo me sumergí en Jesús y en María me uní totalmente a Ellos y de Ellos
dependía. Ser niños para el Reino de Dios consiste en aceptar en todo momento
la Buena Nueva del Evangelio, vivirla y obedecerla desde el amor. Porque cuando
se hacen como niños su única preocupación será que si todas sus acciones han
sido agradables para Dios.
El
niño se preocupa de agradarle a sus padres, y por eso les obedece, porque les
ama. Ser niños para el Señor consiste en no ofenderle, en hacer lo que a Él le
agrada, y aceptar Su Voluntad, aunque no comprendan, pero se dejan tomar por Su
mano y los guiará a fuentes tranquilas y a prados calmos, donde encontraran la
paz, el perdón, y tendrán un desapego de las cosas del mundo, porque lo único
importante será agradar a Dios Padre.
Gracias
por aceptar Mi Llamado. Les amo y les bendigo.