jueves, 28 de enero de 2016


 Queridos hijos, las horas se acortan, el día se acaba, la oscuridad avanza, la guerra contra los hijos de Dios ha comenzado. Es una guerra secreta, callada, escondida, que hará tambalear la fe de muchos, sacudirá los cimientos de la Casa del Señor, pero prevalecerá, pero muchos corazones serán confundidos.

Hijos Míos, así, como protegí a Mi Amada Esposa María y al Niño Jesús, cuando huíamos a Egipto, a través del desierto, así, Yo protegeré a los Hijos de la Madre, a los Apóstoles de Jesucristo, y los guiaré al Templo del Señor. San Miguel Arcángel y los ángeles combatirán por ustedes.

Hijos Míos, Resto Fiel, confíen mucho; no pongan en duda mis palabras, sino que hagan solamente, en obediencia, lo que se les pide. La Divina Providencia está con ustedes, confíen y abandónense mucho. Pero guarden en vuestras casas todo lo necesario para ustedes y sus familias; aspergen agua bendita muy seguido; pero no pierdan la paz. Oren mucho; oren siempre. Mi protección de Padre está con ustedes.


Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.