Los Apóstoles de los Sagrados
Corazones Unidos de Jesús y de María están llamados a una vida de servicio y de
entrega. No se niegan a la Obra de Dios. Sus manos trabajan para la
construcción del Reino. Sus pies peregrinos conquistando almas para Jesús y María.
Sus corazones están enamorados de los Dos Corazones de Jesús y de María.
Estos Apóstoles no deben de tener miedo a entregarse a la Obra de
la Salvación. Desde su Bautismo están llamados a ser Apóstoles. Muy pocas almas
están conscientes de eso. Sean ustedes verdaderos Apóstoles. No tengan miedo de
servir al Señor a tiempo y destiempo. Recuerden a los Santos Profetas y
Patriarcas del Pueblo del Señor: No negaron su vida y su obra a la Historia de
la Salvación. Así ustedes, queridos hijos, no nieguen su vida y su obra a la
construcción del Reino de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María.
Vivan, actúen y oren en el Divino Querer de Dios. Siempre, queridos hijos,
pregúntense cual es el Divino Querer de Dios para actuar en sus Mandamientos,
en sus Leyes y vivir su Palabra. Mi Amante y Casto Corazón intercede por todos
los hijos de María y apóstoles de Cristo Jesús.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.