Queridos
hijos de mi Corazón Inmaculado escuchen la Voz Interior del Espíritu Santo. En
cada uno de ustedes guarden silencio en su mente y en su corazón para que
escuchen el Silencio de Dios. Por eso muchas almas viven atribuladas y sin Paz porque
no quieren escuchar a Dios. Cuando un alma tiene Paz, acepta la Voluntad del
Señor, en Paz, y no se opone a su Querer, porque ama: Ama la Divina Voluntad.
Por eso pidan el Don del Silencio Interior para que puedan comprender muchas
cosas del Espíritu; aunque no todas, porque no está en la Divina Voluntad.
Queridos
hijos, vivan en el silencio, oren, vean, esperen, porque todo pasará. Las
profecías se cumplirán. Porque los hombres del mundo están peor que los de
antes. Está generación se ha depravado inmensamente; están muy rebeldes a la
Voz del Señor. Porque el ruido del mundo, de la tecnología, de las ciencias sin
conciencia, está alterando el corazón del hombre. Por eso queridos hijos oren y
pidan la Paz del mundo.
Francia te
he hablado en La Salette y no escuchaste. Por tu desobediencia y tu libre
voluntad te están causando sufrimiento. Nicaragua mucho desobedeces a tu Madre.
¡Hasta cuando Me escucharas! Este pueblo ha sufrido y seguirá en sus
sufrimientos porque no hay conversión de corazón a Dios. Oren por Centroamérica
que se está sumergiendo en una ola de violencia. Oren por Estados Unidos, por
Rusia, por China, que estarán al servicio del Anticristo.
¡Hijos de
María despierten que el tiempo ha llegado! ¡He aquí que Mi Hijo Jesucristo
prepara Su Regreso!
Oren
queridos hijos; escuchen la Voz de vuestra Madre que les ama. Oren por la Paz
en todos los corazones. Ofrezcan la Novena de la Inmaculada Concepción por la
Paz del mundo.
Sobre esta
imagen dejo un pedacito de Mi Corazón Inmaculado para que los que la veneren
encuentren el Don de la Paz, si en su corazón hay sinceridad y obediencia la
encontrarán.
Pidan
queridos hijos, para que el mundo cambie. La Tercera Guerra Mundial avanza y
ahora les espera una Cuarta, porque no hay conversión. El Hombre del Mal
pretende conquistar todo el mundo para sus planes.
Es hora de
que escuchen y obedezcan Mis Llamados Maternos. Les amo y les bendigo queridos
hijos; así bendigo todo lo que han puesto en Mi altar. En el nombre de Dios
Padre, en el nombre de Dios Hijo, en el nombre del Espíritu Santo de Dios.
Amén.