Mis queridos hijos, vengo acompañada de Mi castísimo
esposo San José, y por intercesión de San Rafael Arcángel, a encontrarme con
ustedes y a darles el Mensaje del Cielo, el Mensaje de Mi Hijo.
Queridos hijos, es preciso que abran sus corazones al
Amor Santo, es preciso que en sus corazones haya Amor, para que haya Paz en sus
familias. Deben cambiar sus corazones con la oración, y a través de la oración
aprendan a vivir en Paz.
Queridos hijos, el odio, el egoísmo, la ira, son grandes
males que azotan vuestra generación, vuestros pueblos, vuestras familias.
Aprendan a vivir en Paz abriendo sus corazones al Amor con la oración, el
sacrificio, que representa la renuncia a uno mismo, y de la penitencia, que
significa dar a Dios lo que es de Dios y dejar en el mundo lo que pertenece al
mundo.
Queridos hijos, sirvan al Señor y decídanse por Jesús
para que vivan en Santidad, en Paz, en Amor Santo. Yo vuestra Madre, la Rosa
Misteriosa del Paraíso de Dios, intercede por ustedes y pido al Señor que
derrame su Santo Espíritu cuando oran con fe y con amor, cuando oran desde el
corazón.
Lean la Carta Primera del Evangelista San Juan. Les amo y
les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.