Mis pequeños, Mi Sagrado Corazón que tanto
les ama, les anima y les bendice.
Mi Sagrado Corazón y todas las obras y las
almas que entregan su vida para extender el Reinado de Mi Sagrado Corazón no
perecerán, sino que triunfarán Conmigo.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la Paz
que vencerá la violencia. Mi Sagrado Corazón traerá el Reino del Amor que
vencerá al odio.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la
Alegría que vencerá a la tristeza.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la
Eucaristía y las almas adorarán al Cordero Inmolado en el Altar.
Hijitos, no tengan miedo de amarme y
servirme; porque el mundo es a Mí a quien odia; el mundo es a Mí a quien persigue;
el mundo es a Mí a quien critica. Y si el mundo rechaza a Mis pequeños, me
rechaza a Mí; porque Yo les he enviado a los pequeños, a los siervos, a los
profetas de Mi pueblo.
Hijitos, si el mundo les odia es porque el
Cielo les ama; si no son agradables al mundo es porque no actúan como el mundo
actúa, sino que actúan bajo el Espíritu de Dios. Gracias serán derramadas por
aquellas almas que son fieles hasta el momento de su pascua, hasta el día que
se entreguen Conmigo al Padre Eterno.
Yo les amo, les acompaño en vuestro
peregrinar, les alimento con Mi Santo Cuerpo, y al final los recibiré de la
Mano de Mi Madre: La Corredentora, la Medianera, el Templo de la Santísima
Trinidad. Les amo y les bendigo con Mi Santa y Preciosa Sangre. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.