El Sacramento de la Confesión, un regalo de Mi Sagrado
Corazón
Jesús: Pequeño.
El instrumento: Sagrado Corazón, he aquí a tu esclavo de amor, a
quien has liberado de la esclavitud del demonio, del mundo y de la carne.
Jesús: Hijito, así es, Yo he librado a la humanidad del pecado pero aún la voluntad humana no se decide por la santidad cuando gratuitamente, a través de la gracia del arrepentimiento, pueden reconciliarse conmigo.
Mi pequeño, muchos no acuden al Sacramento de Mi
Misericordia porque simplemente no creen, otros no acuden a él por soberbia,
desobediencia y orgullo, otros no acuden a él porque no desean liberar sus
almas del egoísmo y del no-amor, y no renunciar a su voluntad humana para vivir
la Divina Voluntad.
Pequeñito, a Pedro y a mis apóstoles les concedí al
Espíritu Santo y les di en Mi Nombre la autoridad para atar y desatar, para
perdonar los pecados.
Hijito, este Sacramento de la penitencia ha salido de Mi
Sagrado Corazón que les ama para que no sólo tuvieran la gracia santificante
recibida en el Sacramento del Bautismo por un tiempo determinado sino que, cada
vez que sus corazones arrepentidos necesitaran ser absueltos de sus culpas a
través de mis ministros, recibieran la gracia santificante que borre los
pecados, sane las heridas de sus corazones y los liberara de la esclavitud del
pecado.
Les amo tanto que he dado a Mi Iglesia este Sacramento de
Misericordia para que siempre se reconciliaran con Mi Amor que es tan rechazado
por las creaturas.
Pequeño discípulo, te pido que ores para que Mi Pueblo
conozca la grandeza de Mi Misericordia manifestada a los hombres a través del
Sacramento de la Penitencia. Fiat, pequeño.
El instrumento: Fiat, fiat, fiat, mi amable Salvador.
Jesús: Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.