miércoles, 22 de junio de 2016


 El Sacramento de la Confesión, un regalo de Mi Sagrado Corazón

Jesús: Pequeño.
El instrumento: Sagrado Corazón, he aquí a tu esclavo de amor, a quien has liberado de la esclavitud del demonio, del mundo y de la carne.

Jesús: Hijito, así es, Yo he librado a la humanidad del pecado pero aún la voluntad humana no se decide por la santidad cuando gratuitamente, a través de la gracia del arrepentimiento, pueden reconciliarse conmigo. 

Mi pequeño, muchos no acuden al Sacramento de Mi Misericordia porque simplemente no creen, otros no acuden a él por soberbia, desobediencia y orgullo, otros no acuden a él porque no desean liberar sus almas del egoísmo y del no-amor, y no renunciar a su voluntad humana para vivir la Divina Voluntad. 

Pequeñito, a Pedro y a mis apóstoles les concedí al Espíritu Santo y les di en Mi Nombre la autoridad para atar y desatar, para perdonar los pecados. 

Hijito, este Sacramento de la penitencia ha salido de Mi Sagrado Corazón que les ama para que no sólo tuvieran la gracia santificante recibida en el Sacramento del Bautismo por un tiempo determinado sino que, cada vez que sus corazones arrepentidos necesitaran ser absueltos de sus culpas a través de mis ministros, recibieran la gracia santificante que borre los pecados, sane las heridas de sus corazones y los liberara de la esclavitud del pecado.

Les amo tanto que he dado a Mi Iglesia este Sacramento de Misericordia para que siempre se reconciliaran con Mi Amor que es tan rechazado por las creaturas. 

Pequeño discípulo, te pido que ores para que Mi Pueblo conozca la grandeza de Mi Misericordia manifestada a los hombres a través del Sacramento de la Penitencia. Fiat, pequeño.

El instrumento: Fiat, fiat, fiat, mi amable Salvador.

Jesús: Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.