martes, 1 de marzo de 2016


 Hijitos Míos, los miro con Ojos de Misericordia.

Mis Ojos Maternos están sobre cada uno de ustedes. Yo conozco bien las intenciones y los sufrimientos de sus corazones. Yo presento sus oraciones a Mi Hijo Jesús.

Hijos Míos, no desconfíen de Dios. Por muy oscuro que se encuentre vuestro caminar no desconfíen del Señor. Esperen en el Señor. Oren con paciencia. No den lugar a Mi Adversario, renegando de sus problemas y quejándose de sus situaciones. Sino más bien, ofrézcanse. Ofrezcan sus sufrimientos, sin medir. Totalmente ofrézcanse sin miedo y sin reserva. Porque el alma justa alcanza siempre la Misericordia de Dios.

Hijos Míos, estoy con vosotros. Les animo a seguir. Porque el seguimiento de Mi Hijo es el Camino del Calvario con la Cruz a cuesta.


Hijos Míos, oren mucho y carguen sus cruces, sin miedo y sin desconfianza. Ofrezcan sus sufrimientos por los pobres pecadores, por la Iglesia, por las almas que no conocen a Dios. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.