Queridos hijos, Mi Hijo Jesucristo es la Luz del Mundo para los
corazones que caminan en tinieblas. Pero muchos corazones viendo esta Luz no la
siguen porque no la aman. La Luz es el Señor. Él les ilumina sus corazones para
que cambien, para que se conviertan. Esta Luz que envía el Señor, como los
dones y los carismas, como los siervos y los profetas, es una Luz que no se
recibe. Porque los corazones del mundo no quieren tener ninguna relación con
Dios. Porque el mundo no quiere estar con Dios. ¡Sean apóstoles de la Luz!
Lleven en sus corazones esta Luz viviendo la Sagrada Escritura, escuchando Mis
mensajes, y recibiendo a la Luz en la Sagrada Eucaristía; porque allí está
verdaderamente Mi Hijo. Mi Hijo es la Luz del Mundo. Por eso, reciban esa Luz.
¡Vivan en la Luz! Hagan actos de amor para con nuestros Dos Corazones, tan
ofendido y rechazado por la humanidad. Hijos, les amo y les bendigo. Vivan en
la Luz; la Luz del Espíritu Santo.
Bendigo todo lo que han puesto sobre Mi altar. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Valoren, queridos hijos, la presencia de nuestros Dos Corazones
que aún están con ustedes, por Amor y Misericordia concedidas por el Padre
Dios. Hijos no pierdan el tiempo; acérquense a la Luz porque la oscuridad
avanza.