Abran espacio en su corazón para Jesús. Des vacíen totalmente su
corazón para que Jesús lo ocupe totalmente. No den cabida al pecado, a la
impaciencia, a la tibieza, a la desesperanza; si no que teniendo a Jesús en sus
corazones deben cambiar de actitud, de sentimientos, de vida; deben cambiar
para poder ser transformados. Si no empiezan el camino de la conversión, como
debe de ser, entonces el Señor no podrá acercarlos a un camino de santidad.
Deben morir a ustedes mismos, a todo lo que son, para poder vivir en Cristo y
nacer en Él del Vientre Inmaculado de la siempre Virgen y Madre, para que
también Ella sea vuestra verdadera Madre, Reina y Señora. Conságrense siempre a
sus Dos Corazones. Vivan y dependan de Ellos. En este tiempo les invito a que
ustedes sean los establos, que ustedes sean los portales abiertos para Jesús,
para los hermanos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
